¿Recuerdas un momento de tu vida en el que te hayas sentido tan solo? ¿Tan insignificante?
La inspiración parece haberme abandonado, no puedo, escribo y viene a mi memoria su rostro palido camuflado entre las paredes de aquel hospital que le tiene preso, entre aquel ambiente cargado y sediento de esperanza.
Y cada día preguntaba cuando marchariamos a casa, estaba lleno de ganas y todos decíamos pronto, pronto. Y en verdad estabamos convencidos de que sería así. Y así avanzaba, esperando salir para seguir con su familia para volver a su casa, para seguir pintando sus maravillosos cuadros, para seguir con su vida.
Y de repente te quieren quitar todo lo tuyo, tu vida.
Y ahora ¿qué pasa?, en su mirada ya no distingo las ganas, de la desilusión, del miedo, de la inceridumbre, del dolor.
Ahora ya no pregunta cuándo nos vamos a casa...
En estos momentos que te da la vida en los que necesitas más apoyo, en este momento te necesito más que nunca y no estás.
El cristal se está desgastando con tanta magulladura...
En estos momentos... no puedo escribir...
Gracias mi amor...
Ya me levanto yo sola.