Amor o mentira, mentira o nada.

Como las sombras que habitaban la caverna platónica, tan complicadas, misteriosas... aquellas capaces de producir la curiosidad más entretenida, el hastío más profundo, el desasosiego más amargo, la calma más inestable...


Ya dice mi querido Nietzsche que no la duda, sino la certeza es lo que vuelve loco y... entre los presos encadenados, vivía arrodillada pensando que eso era lo real, que eso era lo bello, lo justo o lo injusto daba igual, no obedecería ninguna ley establecida o por establecer que fuera en contra de las sombras que veneraba con pleno placer, deleite, dedicación, fe infinita...


Y así siguió el tiempo tan desconsiderado, egoista, alejado de escuchar los lamentos que fructuaban a su paso, destruyendo ciudades enteras, cadenas por doquier, miradas infinitas, noches adornadas bajo el resplandor de las luciérnagas. Así consiguió entre gritos, llantos y súplicas una vez que ya las cadenas no marcaban con sus garras cicatrices incurables llenas de miseria en piel de tercipelo, volver la vista hasta que la luz de la hoguera prendió en sus ojos el fuego de la incertidumbre ante lo desconocido, presionándola a subir hacia la superficie, abandonar lo que hasta hoy era seguro, lo que hasta hoy era.
Haciéndole subir los escalones más pesados, la tierra más endeleble, las rocas más violentas hasta finalmente pisar los recuerdos más arraigados en lo más profundo, arrancando de raíz las flores más agradecidas y venenosas. Así llegó finalmente arriba, y como el que sube una montaña y llega a la cima para descansar disfrutando de la brisa, quedó tan maravillado como aterrado con la nitidez del escenario...




Amor o mentira, mentira o nada.





¿Y te da miedo verdad?, te da miedo enfrentarte a lo que quieres, te da miedo sentir algo por algien lo sumamente poderoso que pueda llegar a destruirte por un instante, te da miedo depender de alguien y te evades, cierras los ojos y te vas corriendo a tientas, al peligro de mil tropezones sucesivos. Pero te da igual, prefieres eso a acabar nuevamente preso. Prefieres olvidar lo que un día fue bello, justo, real. Pero efímero. Si es eso lo que quieres lo siento, no puedo regalarte el paraíso de la eternidad, solo ofrecerte infinidad de momentos frágilmente maravillosos y peligrosos cuyo fin es la muerte pero que renacerán siempre que desees.

2 comentarios:

  1. El miedo es libre y gratuito. Gracias por tu comentario en mi blog, llegaste un poco tarde a ese blog que llegó a su fin justo ese día.
    He abierto otro que se llama reversible y que intenta dar un cambio a lo que tal vez nunca pueda cambiarse.
    Tienes un bello lugar.
    Saludos

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  2. Es una intrada increible! me encanta y te sigo!!! me puede la curiosidad por conocer las memorias de ese filósofo insumiso!

    Muaaa!

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