Caer.

Decepción. Nada roe más al alma que la decepción a sí mismo. ¿O no es a mí?. Sí y no. Quizá no valgo para esto. Quizá es verdad. Quizá tus palabras guardaban la verdad dolorosa encarnada. "No te equivoques". Pero debes saber una cosa, si me he equivocado, no había otra opción a elegir. No hay otra opción. No hay otra. Es la única manera en la que sé vivir.

Sí, vivo para mi, pero por ti. Cuando hago algo, lo hago porque lo quiero para mi. Para mi, pero contigo. ¿Entiendes?

Y cada vez que mis manos rozan el suelo, que se entrecruzan mis piernas hasta caer, cada vez que me hundo en la profundidad de mi soledad oscura, que siento que podría haberlo hecho mejor, me duele caerme. Pero no tanto por mi como por caer para ti. Caer a tus ojos. Caer y encontrarme a años luz de volver a subir para, ¿luchar por ti?. Para subir a ti. Pero es que acaso, ¿caigo para ti?, ¡Qué estúpida!, gritándole al silencio, una vez más. Escribiendo como si leyeras esto. Como si fueras consciente de algo. Cayendo por mi y por ti, por los dos. Sufriendo mi caída y mi caída ante ti. Hablándote desde aquí, al vacío. Creyendo que caigo para ti, creyendo que para ti alguna vez he estado arriba...

3 comentarios:

  1. Cuando te caes la única opción que existe es levantarse o tumbarse largo, elige la tuya.

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  2. Yo siempre me levanto pero disfruto con el dolor de la caída... Donde duele inspira.

    Un saludo!

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  3. Y nos machacamos, porque hay algo bello en el sufrimiento que nos lleva a sentir que estamos vivas, prefiero eso a no sentir nada, aunque parezca masoca, conozco la sensación de escribir y no saber si te leen, por eso no escribo, de momento.
    Sigue levantando, sigue escribiendo...
    Un beso

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