Volverte a ver.

Esperaban largos días de vuelta a la flor de cristal. La ciudad de la luz y la ocuridad. Del rojo pasión. Muchos días se presentaban marcados por el rocío en el calendario de nuestras miradas. Sí, ese que yace abandonado en un lugar demasiado lejos, aparentemente olvidado, bajo las mantas más pesadas. Como si las miradas fuesen a salir de su escondite. Como si yo temiera volver a encontrarlas un día cualquiera...

Mi cómplice estrella, esa que vislumbró de lo que aún hoy sigo día a día intentando despojarme. Eso que la noche me confiesa al oido, como en un susurro entre las sábanas, llenando mis sueños de las peores profecías que cada vez a mi corazón con mayor frecuencia asedian. Esa que sale con luz en la mirada y que vuelve corriendo con la promesa de no intentarlo jamás... hasta que de nuevo la pasión es más fuerte, el sentimiento arrincona al escepticismo, al único que de vez en cuando se acerca con la intención de protegerme de los caprichos del deseo...

Cuando este no aparece, sólo me queda entregarme sin más a la mayor fuerza natural, de la que no hay escapatoria alguna. Me entrego culpable ante el jurado por haber intentado vivir lo que al parecer, no me pertenece según la contingencia que nos gobierna. Lo que sólo yo vivo. Lo que nadie conoce. Lo que sólo el viento esparce con su aroma a mi paso. Lo que me horroriza sin igual por la belleza sublime que derrocha, que me llama, que me atrae hacia ella, lo que me hace perecer de dolor, de pasión, fuego, luz.


Por eso haberte visto, habernos reencontrado de nuevo en aquellos días sólo hubiera supuesto un casi último aliento, un brillo dorado, un resurgir, un renacer para volver a morir de nuevo. Una oleada de cenizas esperando arder, pidiendo lo que les pertenece a toda costa sin más. Sin mirar que el mismo fuego que anhelan con demasía les hará perderse después en el más frío hastío que produce lo que nace y perece dejando cosas aún por terminar, troncos por arder. Morir sin estar satisfecho, morir dejando algo por acabar, dejando algo que jamás empezó. Eso hubiera significado volverte a encontrar, volverte a encontrar en el mismo lugar que mis labios rozaron con la sutileza sigilosa del momento irrepetible lo que jamás dijeron, lo que jamás besaron. Lo que siempre quisieron...


Volverte a encontrar hubiera sido... el último hálito de dulzura del que se encuentra entre las paredes verdes del destino, de las mascarillas que tiemblan de miedo, de la olor a final, de la última página del libro, del último desafío de la cordura, de la mayor posesión de la inspiración desbocada, del último grito desgarrador de la locura. Volverte a ver... hubiera sido el peor despertar de una pesadilla que no acaba, una pesadilla cuyo despertar resultó ser más terrible que la pesadilla misma.





Volverte a ver... hubiera sido precioso.




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7 comentarios:

  1. Yo hoy he sido un juguete roto, estoy que me parto, sin rumbo, perdida en una vorágine de locura, él no se va, yo no puedo marchar, es horrible, y tú escribes precioso, y tocas la fibra, y llegas al tuétano, poeta de prosa eres, difícil lo tuyo también, verse sabiendo que es peor que la oscuridad, crees que hubiera sido precioso de verdad?.
    Un beso

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  2. A veces por nuestro bien, es mejor no tener algo, pues si lo tuviéramos nos dolería más. Lo q tengamos q sea para siempre, pero no tenerlo para q al momento desaparezca. Contradictorio pero cierto.
    Besos!

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  3. calma, gracias por tus palabras, y desde aquí te ánimo a que sigas, a que no sucumbas, a que cuando tu corazón lo necesite, vuelvas a escribir, no por nadie sino por ti. Y sí, a tu pregunta, creo que le corresponde un precioso sí. Quizá no, pero es irremediable que mi imaginación se dispare y que apunte a esas alturas, sobre lo que podría haber sido. Lo que podría ser.

    Gracias de nuevo, y un beso!

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  4. Vanessa, eso mismo, ese sentimiento de inseguridad que nos haga sentir a cada instante que lo que ahora tenemos, podemos perderlo mañana, creo que es lo que eleva al sentimiento mismo, lo que lo hace digno de ser vivido, lo más bello.

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  5. Si, pero es contradictorio, escribir muchas veces me duele, es mucho lo que dejo en las letras y llegan a convertirse en ese nexo fantasmagórico que hace que no lo pueda soportar, pero bueno, sigo escribiendo, tú sabes que es imposible no hacerlo cuando las letras te habitan. Lo que más me gusta de lo que hago, es que escribo cuando quiero y porque quiero, de la misma manera que leo a quien me apetece y comento a poquísima gente, sólo si tengo algo que decir, porque alguien con sus letras me llega de verdad, no estoy ni entro en esas vorágines de los blogs de las obligaciones, ya lo viví hace tres años cuando empecé, ahora, realmente es un placer, y por eso estoy aquí.
    Te entiendo, yo creo que estoy en una situación similar.
    Un beso

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  6. Tienes un regalito en mi blog, pásate cuando puedas!
    Besos!!

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  7. Y por lo que creo.... será, gracias por tus palabras en mi casa, aunque son pasadas, espero que las musas vuelvan, bueno, la verdad es que nunca se fueron, tengo más de una cosa en la nevera lista para servir, ya veremos.
    Claro que voy a estar, y muy al tanto.
    Besos

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