¿Recuerdas un momento de tu vida en el que te hayas sentido tan solo? ¿Tan insignificante?
La inspiración parece haberme abandonado, no puedo, escribo y viene a mi memoria su rostro palido camuflado entre las paredes de aquel hospital que le tiene preso, entre aquel ambiente cargado y sediento de esperanza.
Y cada día preguntaba cuando marchariamos a casa, estaba lleno de ganas y todos decíamos pronto, pronto. Y en verdad estabamos convencidos de que sería así. Y así avanzaba, esperando salir para seguir con su familia para volver a su casa, para seguir pintando sus maravillosos cuadros, para seguir con su vida.
Y de repente te quieren quitar todo lo tuyo, tu vida.
Y ahora ¿qué pasa?, en su mirada ya no distingo las ganas, de la desilusión, del miedo, de la inceridumbre, del dolor.
Ahora ya no pregunta cuándo nos vamos a casa...
En estos momentos que te da la vida en los que necesitas más apoyo, en este momento te necesito más que nunca y no estás.
El cristal se está desgastando con tanta magulladura...
En estos momentos... no puedo escribir...
Gracias mi amor...
Ya me levanto yo sola.
Pasando el tiempo...
Es sorprendente lo que a veces nos lleva la costumbre, el hábito de hacer algo de manera repetitiva, y lo paradójico es que no siempre necesitas eso que ya no está sino la sensación que te producía la presencia de ese algo, la manera en la que te sentías.
Y así es, al final acabas un domingo por la noche, tras haber realizado todo lo que debias en un supuesto falso no conectado en cierta cuenta que no deberías ni pisar, en la que de hecho no ganas mucho en torno a información si es eso lo que buscas, ya que solo ves su nombre o alguna frase sin cambiar desde hace un mes, pero allí estás, ya no sé si por esperanza de algún tipo de movimiento en la pantalla por fuerza infusa, casualidad... o simplemente porque parece que se acorta un milímetro la lejanía que os separa, y no me refiero a la distancia física. Es la curiosidad la que me puede, el querer saber donde está y qué hace, solo eso.
Y mientras la música suena, de vez en cuando un sonídito te hace sobresaltar un poco, pero solo un poco, porque no es, y sigues aquí escribiendo, perdiendo un poco el tiempo, y hoy no estoy mal, es un día... normal. Muy normal.
Un día de esos que como tú decías, me podrías despertar con un besico, sí, como la bella durmiente...
Y hablando de dormir, de sueño, ya tengo la cama abierta y las mantitas me miran de manera cómplice, tiernas y tentadoras, los ojos van cerrándose, la mirada va cayendo, y me retiro a soñar.
Y así es, al final acabas un domingo por la noche, tras haber realizado todo lo que debias en un supuesto falso no conectado en cierta cuenta que no deberías ni pisar, en la que de hecho no ganas mucho en torno a información si es eso lo que buscas, ya que solo ves su nombre o alguna frase sin cambiar desde hace un mes, pero allí estás, ya no sé si por esperanza de algún tipo de movimiento en la pantalla por fuerza infusa, casualidad... o simplemente porque parece que se acorta un milímetro la lejanía que os separa, y no me refiero a la distancia física. Es la curiosidad la que me puede, el querer saber donde está y qué hace, solo eso.
Y mientras la música suena, de vez en cuando un sonídito te hace sobresaltar un poco, pero solo un poco, porque no es, y sigues aquí escribiendo, perdiendo un poco el tiempo, y hoy no estoy mal, es un día... normal. Muy normal.
Un día de esos que como tú decías, me podrías despertar con un besico, sí, como la bella durmiente...
Y hablando de dormir, de sueño, ya tengo la cama abierta y las mantitas me miran de manera cómplice, tiernas y tentadoras, los ojos van cerrándose, la mirada va cayendo, y me retiro a soñar.
Siempre sonriente, eternamente triste.
Rondaba una noche de verano, una de tantas, hubiera sido una más, pero estabas tú, era la más.
El calor se apegaba a cada zona de mi cuerpo y por la ventana solo corría una ligera brisa más caliente que fría... y como otra noche hablabamos sin parar, manteniéndonos despiertos, dejando caer alguna cabezadita sobre la almohada hasta que el único aparato que nos unía, sonara muy bajito, casi en un susurro, y abría los ojos para leer.. y volverte a escribir de nuevo, y en uno de tantos.. dijiste lo que nos decíamos sin decirlo, rompiste lo que se sobrentendía, lo que no hacía falta decir, pero lo que en ese momento más deseaba, las palabras mágicas, lo que hoy creo que si pudiera borraría...
En ese momento fue... temblar, sin parar, levantarme y volverme a sentar y volver a leer y sonreír y ... sentirte más cerca que nunca, era tocarte, era rozarte con mi mirada, acariciarte con mi sonrisa, morder tu cuello..
Te quiero.
Y entonces el no poder dormir tenía sentido, no hacía falta, porque no merecía la pena dejar morir ni un instante.
-No tengo sueño R, no puedo dormir y ya es tarde..
-Yo tampoco S, me has quitado el sueño... me quitas el sueño..
-Vente aquí ...
Y todo brillaba... y amanecía y seguía brillando, entonces nos dejabamos caer y dormiamos un poco, lo justo.
Pero al despertar todo seguía igual, bien podía haber parecido un sueño, pero no, por primera vez, era real.
Hoy, nada es así, amanece de noche, oscurece de día, ahora deseo la noche para dejar el consciente tranquilo, perderme en el inconsciente, allí me conformo con el eco, con el reflejo, con lo que fue...
Y el Sol sale, a eso le llaman amanecer, permitidme que a veces la noche sea la única luz, que la noche sea el volver a nacer, y entonces solo queda pintar una sonrisa que a veces se difumina con el resto del rostro y salgo a la calle a luchar por mi, salgo para algún día llegar a ser lo que quiero.
Espero no defraudarme.
El calor se apegaba a cada zona de mi cuerpo y por la ventana solo corría una ligera brisa más caliente que fría... y como otra noche hablabamos sin parar, manteniéndonos despiertos, dejando caer alguna cabezadita sobre la almohada hasta que el único aparato que nos unía, sonara muy bajito, casi en un susurro, y abría los ojos para leer.. y volverte a escribir de nuevo, y en uno de tantos.. dijiste lo que nos decíamos sin decirlo, rompiste lo que se sobrentendía, lo que no hacía falta decir, pero lo que en ese momento más deseaba, las palabras mágicas, lo que hoy creo que si pudiera borraría...
En ese momento fue... temblar, sin parar, levantarme y volverme a sentar y volver a leer y sonreír y ... sentirte más cerca que nunca, era tocarte, era rozarte con mi mirada, acariciarte con mi sonrisa, morder tu cuello..
Te quiero.
Y entonces el no poder dormir tenía sentido, no hacía falta, porque no merecía la pena dejar morir ni un instante.
-No tengo sueño R, no puedo dormir y ya es tarde..
-Yo tampoco S, me has quitado el sueño... me quitas el sueño..
-Vente aquí ...
Y todo brillaba... y amanecía y seguía brillando, entonces nos dejabamos caer y dormiamos un poco, lo justo.
Pero al despertar todo seguía igual, bien podía haber parecido un sueño, pero no, por primera vez, era real.
Hoy, nada es así, amanece de noche, oscurece de día, ahora deseo la noche para dejar el consciente tranquilo, perderme en el inconsciente, allí me conformo con el eco, con el reflejo, con lo que fue...
Y el Sol sale, a eso le llaman amanecer, permitidme que a veces la noche sea la única luz, que la noche sea el volver a nacer, y entonces solo queda pintar una sonrisa que a veces se difumina con el resto del rostro y salgo a la calle a luchar por mi, salgo para algún día llegar a ser lo que quiero.
Espero no defraudarme.
Dos meses y tu promesa se romperá...
Hoy me conformaría con saber cómo estás... en mirarte por una ventanita sin ser vista, en poder guardar en mi memoria cada gesto, cada reflejo...
Me conformaría con hablar de tonterías, como pasabamos algunas tardes-noches hasta el amanecer... y quedarme dormida mientras hablas, y despertar y ver que has llenado la pantalla de mensajes y besos... notar esa dulzor en la boca, esa... magia..
Ahora el eco retumba sobre mi como la explosión más fuerte y muchas preguntas se avalanzan dejándome apartada en un rincón sin saber que hacer, sin saber que es lo mejor, solo sintiendo esa asusencia, esa omisión que se agarra fuerte, que es cada vez más fuerte, y ves que los días pasan y tachas días en el calendario, y cada 24 horas es un día más y es un día menos..
Y ya no sé si por orgullo, o porque pero todo está igual, y solo se oye silencio y más silencio, y no lo soporto, es superior a mi, preferiría que hicieses algo que me apartara más, que hicieses algo, algo, pero no haces nada, y no puedo con la nada.
Y ya la nada debería ser motivo suficiente para acabar con el todo, pero no es así...
Y yo no puedo evitar sentirme en parte culpable con todo esto, y puede que no esté haciendo lo correcto, puede que tendría que haber hecho algo cierto día marcado, pero ya no hay vuelta atrás, quise dejarlo todo como estaba, porque pretendía dejarlo todo en el pasado, porque si quería alejarme era lo mejor que podía hacer, y lo hice, y ahora estoy muy lejos... lo siento muy lejos y tengo miedo...
Dentro de dos meses se acabará el tiempo de tu promesa, habrás fallado una vez más. El último día de 2008 prometiste algo que nunca olvidaré, prometiste lo que siempre decías de manera normal, lo prometiste, y fue acabar ese año y cambiar todo, todo, hoy hecho la vista atrás y añoro ese año como el mejor de mi vida en todos los sentidos, nada más empezarlo puse mucha esperanza en él al ser el 8 mi número favorito y las previsiones se cumplieron con creces, pero fue empezar el 2009... y empezar a caer todo... a ir perdiéndose, a ir muriendo..
El problema está en que la mayor parte de mi no quiere dejar nada atrás, quiere volver, ahí está la clave de porque no acaba de funcionar todo esto, y estos días estoy volviendo a leer y ver cosas que no debería y siento la presión, las cadenas que se zarandean al chocar contra las rocas, fue como ponerme unas esposas y tirar las llaves en un pozo infinito, y tras unos meses atada, ver que las llaves no cayeron al fondo sino que quedaron reposadas en una ranura superior y darte cuenta, darte cuenta de que si alargas un poco los brazos puedes coger las llaves y abrir, a pesar de que puedas quedar totalmente destruida al tocarlas.
Y a pesar de ello, querer tocarlas, querer abrir.
Me conformaría con hablar de tonterías, como pasabamos algunas tardes-noches hasta el amanecer... y quedarme dormida mientras hablas, y despertar y ver que has llenado la pantalla de mensajes y besos... notar esa dulzor en la boca, esa... magia..
Ahora el eco retumba sobre mi como la explosión más fuerte y muchas preguntas se avalanzan dejándome apartada en un rincón sin saber que hacer, sin saber que es lo mejor, solo sintiendo esa asusencia, esa omisión que se agarra fuerte, que es cada vez más fuerte, y ves que los días pasan y tachas días en el calendario, y cada 24 horas es un día más y es un día menos..
Y ya no sé si por orgullo, o porque pero todo está igual, y solo se oye silencio y más silencio, y no lo soporto, es superior a mi, preferiría que hicieses algo que me apartara más, que hicieses algo, algo, pero no haces nada, y no puedo con la nada.
Y ya la nada debería ser motivo suficiente para acabar con el todo, pero no es así...
Y yo no puedo evitar sentirme en parte culpable con todo esto, y puede que no esté haciendo lo correcto, puede que tendría que haber hecho algo cierto día marcado, pero ya no hay vuelta atrás, quise dejarlo todo como estaba, porque pretendía dejarlo todo en el pasado, porque si quería alejarme era lo mejor que podía hacer, y lo hice, y ahora estoy muy lejos... lo siento muy lejos y tengo miedo...
Dentro de dos meses se acabará el tiempo de tu promesa, habrás fallado una vez más. El último día de 2008 prometiste algo que nunca olvidaré, prometiste lo que siempre decías de manera normal, lo prometiste, y fue acabar ese año y cambiar todo, todo, hoy hecho la vista atrás y añoro ese año como el mejor de mi vida en todos los sentidos, nada más empezarlo puse mucha esperanza en él al ser el 8 mi número favorito y las previsiones se cumplieron con creces, pero fue empezar el 2009... y empezar a caer todo... a ir perdiéndose, a ir muriendo..
El problema está en que la mayor parte de mi no quiere dejar nada atrás, quiere volver, ahí está la clave de porque no acaba de funcionar todo esto, y estos días estoy volviendo a leer y ver cosas que no debería y siento la presión, las cadenas que se zarandean al chocar contra las rocas, fue como ponerme unas esposas y tirar las llaves en un pozo infinito, y tras unos meses atada, ver que las llaves no cayeron al fondo sino que quedaron reposadas en una ranura superior y darte cuenta, darte cuenta de que si alargas un poco los brazos puedes coger las llaves y abrir, a pesar de que puedas quedar totalmente destruida al tocarlas.
Y a pesar de ello, querer tocarlas, querer abrir.
~El beso inmortal...
Donde duele inspira eres tú, donde duele inspira soy yo, buscando puertas que dejen de cerrarse al inconsciente, buscando la estación, el rincón que me inspire, la luz que me mire, el agua que se deslice, el viento que nos haga libres, es amansar el fuego que nos oprime, el tiempo que nos mata, la lluvia que nos moja, el suspiro que eleva, la ventisca que te lleva...
Donde duele inspira es la puerta de escape, es el inicio del nacimiento de una muerte, es el entierro de una vida que se aferra, que se niega a marcharse, que no entiende que su momento de esplendor ya pasó, que la chispa de la magia del presente se murió, que fue bonito mientras duró, pero que se acabó, que las rosas prometidas un día se quedaron en promesas, marchitas, olvidadas, alejadas... perdidas entre palabras y neblinas..
Donde duele inspira son velas sobre una cama desmontada, son preciosas estrellas bajo un manto roto, son esperanza sobre lo último que se pierde, son agujeros negros bajo mi cielo celeste, son nubarrones sobre mares sin acabar, en construcción, mares por los que tanto nadé que acabé por recorrer hasta perecer, hasta dejar de ver, cerré los ojos porque ya no importaba el dejar de ser, importaba tu contento y bienestar, y dejé de lado lo real, si es que en verdad existe, si es que en verdad lo pisé y huí, huí sin pensar y en mi urbe poética me refugié pensando que nada cambiaría que de tiempo se trataría, y la espera desespera y el que espera enloquece...
Donde duele inspira es el consuelo de lo que te toca vivir, es darle un poco más de sentido a tu existir, es pensarte y en secreto sonreír, mi elixir, es mirarte desde lo alto hasta desgastarte, es recorrer una distancia y sentirte más cerca y a la vez más lejos que nunca, es estar esperando una oportunidad, es andar sin cesar hasta llegar a mi destino y descubrir entonces que ya no es lo que antes tomamos como meta, que el obstáculo que nos separaba ya no es el problema, que ahora el problema eres tú, soy yo, no un elemento exterior...
Donde duele inspira, es el paisaje ideal, el toque celestial, la mirada angelical, el beso inmortal.
Donde duele inspira es la puerta de escape, es el inicio del nacimiento de una muerte, es el entierro de una vida que se aferra, que se niega a marcharse, que no entiende que su momento de esplendor ya pasó, que la chispa de la magia del presente se murió, que fue bonito mientras duró, pero que se acabó, que las rosas prometidas un día se quedaron en promesas, marchitas, olvidadas, alejadas... perdidas entre palabras y neblinas..
Donde duele inspira son velas sobre una cama desmontada, son preciosas estrellas bajo un manto roto, son esperanza sobre lo último que se pierde, son agujeros negros bajo mi cielo celeste, son nubarrones sobre mares sin acabar, en construcción, mares por los que tanto nadé que acabé por recorrer hasta perecer, hasta dejar de ver, cerré los ojos porque ya no importaba el dejar de ser, importaba tu contento y bienestar, y dejé de lado lo real, si es que en verdad existe, si es que en verdad lo pisé y huí, huí sin pensar y en mi urbe poética me refugié pensando que nada cambiaría que de tiempo se trataría, y la espera desespera y el que espera enloquece...
Donde duele inspira es el consuelo de lo que te toca vivir, es darle un poco más de sentido a tu existir, es pensarte y en secreto sonreír, mi elixir, es mirarte desde lo alto hasta desgastarte, es recorrer una distancia y sentirte más cerca y a la vez más lejos que nunca, es estar esperando una oportunidad, es andar sin cesar hasta llegar a mi destino y descubrir entonces que ya no es lo que antes tomamos como meta, que el obstáculo que nos separaba ya no es el problema, que ahora el problema eres tú, soy yo, no un elemento exterior...
Donde duele inspira, es el paisaje ideal, el toque celestial, la mirada angelical, el beso inmortal.
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